martes, 27 de mayo de 2014

HANNIBAL (Reseña segunda temporada)

Ya hace algunos días que la temporada terminó, y aunque por motivo de estudios no os he podido ofrecer la reseña hasta ahora, ya vamos con ella. Será un tanto breve y enfocado en lo que más me ha gustado y lo que no de la que ha sido, en líneas generales, una buena temporada para la adaptación televisiva de tan peculiar personaje. Sobre todo destaco que hemos visto una impresionante evolución en el personaje de Will Graham. En la primera temporada conocimos su inteligencia y su increíble capacidad para meterse en las mentes más retorcidas de psicópatas y asesinos, habilidad que Jack Crawford aprovechaba para resolver los casos más espeluznantes y complicados. Pero también vimos su gran fragilidad mental, y como, forzado por las circunstancias, a lo largo de la primera temporada, Will fue perdiendo todo contacto con la realidad, convirtiéndose en víctima fácil de las manipulaciones de Hannibal, y dando con sus huesos en el ya conocido Hospital de Baltimore. Su estancia allí ha sido todo un descenso al Inframundo, ha dado a Will la ocasión de enfrentarse consigo mismo, y con esos demonios de sus visiones y pesadillas. Poco a poco, vemos como la recuperando la cordura y la estabilidad. Al final, probada su inocencia de los crímenes de los que se le acusa, sale de allí más fortalecido que nunca, y decidido a desenmascarar al monstruo que se esconde tras el doctor Lecter. Esto esta bellamente simbolizado en una escena poco antes de su liberación, en la que Will se ve a sí mismo como el demonio de sus pesadillas, que normalmente, siempre iba asociado a Hannibal. Esto nos demuestra dos cosas: de un lado, la gran capacidad de la serie para expresar el pensamiento interno de los personajes, sobre todo de Will, con una imaginería onírica y surrealista muy hermosa y bien creada; y de otro, la nueva fortaleza de Will, que, desde ese momento, comenzará un doble juego. Estará aliado con Jack Crawford para detener a Hannibal, pero también hará creer a este que esta de su parte para matar juntos a Jack. Muy a menudo se habla en las sesiones de terapia de esa transformación de Will, que llega incluso a matar en defensa propia a uno de los pacientes de Hannibal, un  joven asesino que mataba a sus víctimas con un sofisticado traje que simulaba una bestia o animal. Pero Will quizá esta cruzando de nuevo una línea peligrosa, puesto que, aunque matara en defensa propia, se ensaña excesivamente con el cuerpo de su víctima, mutilándolo y exponiéndolo. Otra subtrama de gran interés es la de Mason Verger y su hermana Margot, personajes de una de las múltiples novelas de Lecter escritas por el autor Thomas Harris (tenéis títulos y cronología en el enlace a su wiki) en este caso, la que lleva precisamente su nombre de pila, Hannibal. Mason es un sádico y pedófilo, rico heredero de una poderosa familia que se dedica al ganado porcino. Desde pequeño, disfrutaba viendo sacrificar a los cerdos, y llegó a alimentarlos con carne humana incluso. Abusaba de niños y de su hermana menor, Margot, y esos abusos son precisamente los que le llevan a la terapia con el doctor Lecter, asi como a ella también. Margot expresa en sus consultas su inquietud por su futuro: en su testamento, su padre deja claro que solo dejará su herencia a un descendiente varón de su línea directa, es decir, ella no esta incluida. Su única vía de escape de una vida dominada por los abusos de su hermano es quedar embarazada, y dar a luz a un niño, el cuál tendría derecho al menos a parte de la herencia, y ella misma estaría a salvo. Margot usa para ello a Will, y consigue su objetivo de quedar embarazada tras una noche con él. Will enseguida se compromete a ayudar, pero algo terrible pasa cuando Mason descubre que su hermana esta embarazada: tras provocar un accidente y sacarla de la carretera, la secuestra para someterla a un aborto, y muy presumiblemente, a una histerectomia que le impedirá concebir de nuevo, dejando para él toda la herencia familiar. La venganza de Hannibal, que considera eso intolerable, y mucho más después de su reciente amistad con Will, será terrible. Como en la novela, droga a Mason, y bajo los efectos del LSD le convence para que mutile su propio rostro, dándole a comer pedazos del mismo a los perros de Will. Mason quedará mutilado, desfigurado y en cama para el resto de sus vidas, dando a Margot la perfecta ocasión de vengarse por años de abusos y dolor. Sin duda, estos dos han puesto un interesante toque de oscuros secretos familiares, tensión sexual incestuosa, odio y venganza a la temporada. Aunque tendremos otras cosas, como la alegría de encontrar con vida a la desaparecida Miriam Lass, la pupila de Jack, eso sí, con un brazo mutilado. Ella acusará como su secuestrador y torturador a Gideon, el cirujano que ya se hallaba en el Hospital de Baltimore como responsable de ser el Destripador de Cheseapeake. Así quedará cerrada esta trama que venía de la temporada anterior. Habrá también un par de resurrecciones sorprendentes, que no revelo. Y junto con el resto de lo positivo, destaco la redonda y emocionante season finale, en la que recuperamos la escena del primer capítulo, con Jack y Hannibal enfrentándose. La cuenta se saldará en favor del doctor, tras un revelador momento de catársis, dejando en el aire, de momento, los destinos de Jack y de Will, que tendremos que ver en la tercera temporada, que ya ha sido confirmada.

De entre lo negativo, tengo que hablar de la también psiquiatra Alana Bloom, un personaje que me gustó en la primera temporada por su belleza serena, su elegancia y su gran empatía con Abigail Hobbs, la joven a la vez víctima y cómplice de los crímenes de su padre. Me parecía una mujer inteligente y sofisticada también. Bien, pues, esta temporada, Alana ha quedado como una auténtica tonta en el peor de los sentidos. Sabemos que los psicópatas como Hannibal pueden resultar muy seductores por su gran carisma superficial y su gran capacidad para manipular a los demás, pero es que esta pobre incauta cayó de lleno en todas y cada una de sus trampas. Creyó a pies juntillas que Will era un asesino, el imitador del padre de Abigail. Luego, terminó incluso en la cama de Hannibal, en una relación que se prolongó durante bastante tiempo, y durante la cual ella le defendió de todas las acusaciones cuando Jack cerraba el cerco en torno a él. Sinceramente, este retrato hace que Alana pase de ser una mujer moderna e inteligente a una simple bobalicona cegada por amor. Mucho tendría que aprender de la espabilada Freddie Lounds, la reportera que no deja ni títere con cabeza. Me parece una representación que no dice demasiado a favor de la figura femenina, es el clásico retrato de la "mujer loca por amor", nada actual ni consecuente con los tiempos que corren. El destino de Alana, que al final terminó descubriendo la horrible verdad sobre su amante, queda pendiente junto al de Will y Jack.Y en otro orden de cosas, si bien los efectos visuales son hermosos e inquietantes, debo seguir quejándome de que se exceden en lo que atañe a los casos y asesinatos. Esas producen impacto, sin duda, pero son pasadas de rosaca y excesivas desde un punto de vista práctico. ¿En serio podría un asesino, por muy psicópata y ritualista que sea, hacer esos complicados montajes con sus víctimas sin que nadie notara nada? Un hombre árbol, un hombre colmena rodeado de abejas, un mosaico con personas de diferentes tonalidades de pie, la agente del FBI despedazada verticalmente y puesta en vitrinas... ¿en serio me quieres decir que, con las horas de trabajo que eso debe llevar, nadie ve ni oye nada de nada? Si, es ficción, lo sé, pero es que más que desagradable ya traspasa la línea de lo absolutamente increíble. Vamos, que me impresiona a primera vista, pero no me lo creo. Quizá deberían hacer algo con respecto a eso.


En definitiva, creo que hemos tenido una temporada estupenda, en la que no solo hemos disfrutado de la eterna elegancia de Hannibal (diez a Mads Mikkelsen por su magnífica interpretación) sino que también ha habido una maravillosa evolución de uno de los personajes principales, Will, que ha pasado de frágil y enfermizo a mucho más poderoso y fuerte. Se han cerrado algunas tramas que quedaban pendientes, como la de Miriam, y se han planteado otras muy intensas y de mucho interés, como la de Mason y Margot. Creo que la serie goza de muy buena salud, no parece estar arrasando del todo, pero convence a la crítica y tiene muy buenas audiencias. Es sin duda una apuesta arriesgada de la NBC, que, si tenéis estómago para ello, y necesitáis una pequeña ración de gore de cuando en cuando, yo os la recomiendo. La tercera temporada como digo ha sido confirmada, así que al menos podremos disfrutar de la serie durante un año más. Y aquí me despido por hoy. Disculpad si esto ha estado un poco abandonado ultimámente, ando de estudios y tengo pronto los exámenes, así que hasta que termine la próxima semana, de momento, no esperéis mucho movimiento por aquí. Antes del finde semana, o quizá durante el mismo, habrá un puesto más de nuestro ranking de médicos, y ya cuando termine los exámenes volveremos con  fuerza y nuevas y diferentes entradas en el blog. Así que, tened un poco de paciencia y ya os contaré cómo me ha ido, además de muchas más cosas que espero que os gusten y resulten interesantes. De modo que nos vemos muy pronto. ¡¡Saludos a todos!!

viernes, 16 de mayo de 2014

THE VAMPIRE DIARIES (Quinta temporada)

Bien, gente, hoy nos toca la reseña de mi serie vampírica veterana y favorita, The Vampire Diaries, que acaba de finalizar su quinta temporada. ¡Y qué temporada! Si, ya sé que en mi anterior reseña de su spin-off The Originals he comentado que el tema del triángulo amoroso y los teams a veces me agobia un poco, será porque tengo 30, y no quince, y aún así también tengo mi opinión al respecto (Stefan y Elena forever, por supuesto) y creo que el de esta serie es un triángulo intenso, interesante y bien hecho. Y dejando eso aparte, aunque sea el tema principal de la serie, hemos asistido probablemente a su mejor temporada desde la segunda. Ha sido una temporada que nos ha mostrado como esta serie ha madurado y crecido, a pesar de su eterno estilo fresco, juvenil y adolescente. Sus tramas y mitología se han vuelto intrincadas y complejas, y no hay en ellas incoherencias graves que reprochar. Sus personajes han crecido y evolucionado desde sus comienzos. La primera temporada fue una buena presentación, pero era mucho lo que aún quedaba por decir. La segunda, a través sobre del personaje de Katherine y de la llegada del todopoderoso Klaus amplió enormemente las redes mitológicas de Mystic Falls y nos reveló parte de su historia, además de incluir una buena dosis de drama y muertes inesperadas de personajes queridos. La tercera flojeó un poco, se centró en los Originales y nos contó su historia, pero le falto chispa. Se cerró con la transformación de nuestra heroína, Elena, en vampira por fin. Luego, en la cuarta, además de ver la evolución de Elena como chupasangres, vimos un paralelismo con la segunda, en el tema de la inminente llegada de un poderosos villano, en este caso, Sylas, del que al final supimos que era un doppleganger (doble) de Stefan, al igual que Katherine lo era de Elena. En esta quinta se nos han clarificado muchas cosas sobre el origen de todo, que se hallaba en Sylas y en su amada, Amara, la doble femenina original. Luego nos hemos tenido que despedir de Katherine, que eso sí, como buena doble malvada, no se fue sin luchar hasta el final. Y para terminar, la introducción de unos nuevos antagonistas. Ellos son los Errantes, si me permitís que así lo traduzca del Inglés travelers, un pueblo al  más puro estilo de los gitanos, que, aunque muy poderosos en la magia, fueron condenados a no poder establecerse nunca en un mismo lugar, debido a un hechizo. Su líder Markus querrá romperlo a toda costa, y para ello necesita la sangre de los dos últimos dopplegangers, Elena y Stefan. Esto será lo que nos lleve a una season finale de infarto que, sinceramente, no ha podido ser más emocionante. Hacía mucho, mucho tiempo que no disfrutaba tanto como esta serie, la verdad.

Así que, como veis, hemos tenido una temporada más o menos dividida como en tres fases. En la primera de ellas, el gran antagonista ha sido Sylas, que nos ha interpretado Paul Waesley (Stefan) mostrando un gran talento para hacer, como ya lo ha hecho brillantemente su compañera Nina Dobrev (Elena) dos papeles muy distintos en una misma serie. El objetivo del villano: reunirse por fin con su amor, Amara, a la que dio la inmortalidad, traicionando con ello a la mujer con la que iba a casarse, Quetsiya o Ketsia. Pero esta no se lo pondrá precisamente fácil, regresando de la muerte con el nombre de Tessa, y queriendo impedir a toda costa la reunión de los dos amantes. Es aquí donde conocemos por primera vez el Otro Lado Sobrenatural, al que van las almas de brujas, vampiros, hombres lobos y otros seres sobrenaturales cuando, de alguna forma u otra, mueren. Amara era el ancla por la cuál las almas debían pasar, pero era su deseo reunirse con Sylas, hacerse mortales y pasar la eternidad juntos. Cuando eso al fin sucede, el papel de ancla pasa a una resucitada Bonnie Bennet, que regresa también del otro barrio para unirse a sus amigas, Elena y Caroline, en la Universidad. Mientras todo esto pasaba, evidentemente, ha sido el turno de la pareja formada por Elena y Damon, tumultuosa como siempre, pero que, con altibajos, se ha mantenido más o menos a lo largo de toda la temporada. Hacia en centro de la temporada, conocimos a la sociedad Agustina, una sociedad secreta que experimentaba con vampiros para beneficio de los humanos. Damon al parecer fue su víctima en los años 50, y en su cautiverio, conoció a otro vampiro, Enzo, sarcástico y algo fuera de control como él, con quien entabló amistad, pero que, en principio, no parece muy contento de verle de nuevo, ya que Damon le dejó en la estocada con su plan de fuga. En cuanto a Katherine, su lucha con Elena al final de la temporada anterior tuvo como consecuencia que tomó la única dosis existente de la Cura para la Inmortalidad, elaborada por Sylas para reunirse con Amara, y que todos los personajes buscaban entonces, por un motivo u otro. La hemos visto, por tanto, humana y más vulnerable que nunca, pero no sin recursos y ganas de pelear. Al hacerse mortal, y además impedir la Cura que vuelva a transformarse, estaba muy claro que estábamos asistiendo al canto del cisne del personaje. Contribuye aún más a esa sensación la aparición de su hija, Nadia, a la que Kath creía muerta desde la masacre en que Klaus mató a toda su familia. Más resulta que Nadia esta muy viva, es una vampira, y además una poderosa Errante. Es ella la que nos introduce la habilidad más importante de este pueblo: la de poder traspasar su conciencia a otros cuerpos, y vivir en ellos como huéspedes, o pasajeros, como ellos lo llaman. Esta condición puede ser temporal, pero también se puede hacer permanente mediante un hechizo. Cuando el cuerpo de Katherine sucumbe a un envejecimiento acelerado, es Nadie quien la ayuda a traspasar su conciencia como pasajera en el cuerpo de vampira de Elena. Esto sin embargo es descubierto, y, mediante el uso del llamado cuchillo de Errante, que es clavado en su vientre, Katherine muere a manos de Stefan, permitiendo a Elena regresar con normalidad a su cuerpo, ya que el cuchillo solo mata al huésped, no al cuerpo original. Pero no se irá sin un último acto de crueldad: infectar a Elena y a Damon con un virus desarrollado por los Agustinos, que hace que los vampiros deseen alimentarse de otros vampiros, para que se destruyan entre ellos. Serán curados después, pero el peligro acecha. De un lado, Markus, el líder de los Errantes, necesita como ya he dicho la sangre de Elena y Stefan (los dopplegangers) para romper el hechizo que impide a su pueblo reunirse y tener un hogar. El problema es que, con ello, se destruirá todo la demás magia. No más brujas, no más licántropos, no más vampiros. Así que no hay necesidad para el Otro Lado Sobrenatural, que enseguida, comienza a colapsar, llevándose consigo a las almas allí alojadas. Tras asesinar al último doble de Stefan, un joven paramédico llamado Tom, y reunir una buena dosis de la sangre de los dos últimos, todo esta listo para el hechizo. Este tendrá consecuencias tremendas, que llevarán a la muerte de muchos de los personajes principales, al menos, temporal. De entrada, asistimos a la muerte de Stefan a manos de Julian, un Errante pasajero en el cuerpo del híbrido Tyler (a quien se ha suministrado una dosis de la sangre de los doppleganger) La única consecuencia buena es que su muerte detiene temporalmente el hechizo, permitiendo a Damon y a Bonnie trazar un plan para detener a Markus, y recuperar a Stefan y a todo el que se sacrifique en el proceso. Los propios Damon y Elena darán sus vidas por ello, estrellando su coche en el Mystic Grill, el bar del pueblo, mientras este esta lleno de gas, y de Errantes despreocupados. En el Otro Lado, nuestros héroes recibirán ayuda por parte de amigos ya fallecidos, como Alaric, el profesor de historia y cazavampiros que fuera novio de la tía de Elena y Jeremy, y su tutor después; o Lexie, la gran amiga de Stefan. Esta última será la que les ayude a deshacerse de Markus, lanzándolo a la nada que consume el Otro Lado. Por su parte, Bonnie dejará en la estocada a Sylas, que reaparece en el último momento, ofreciéndose a enseñarle un hechizo para contener la destrucción a cambio de que le devuelva la vida. Bonnie logrará detener esa destrucción con la ayuda de dos brujos, Liv y Luke, hermanos gemelos que se mostraron antagonistas en muchos momentos de la temporada, pero que ayudarán al final. A través de Bonnie, sus amigos pasan de nuevo a la vida... excepto Damon, quien queda atrapado con ella el Otro Lado.


Así que creo que hemos tenido un maravillosa temporada. La primera parte nos ha ayudado a terminar de hilar la mitología original de la serie, explicando el origen de todo a través de las primeras encarnaciones de Elena y Stefan: Sylas y Amara. Se concedió tiempo a Sylar para ejercer de villano, y de que manera, aunque también se mostró su lado más romántico, y romántico fue su final, muriendo junto a su amada. Este tema queda, por tanto, brillantemente cerrado, y si lo unimos al origen la conocido de los Vampiros Originales (el hechizo de su madre Esther que les convirtió) y a la historia de Katherine, también raíz y catalizador de todo esto, tenemos al fin tejida de manera maravillosa una rica y completa mitología sobrenatural para la serie. Vuelvo a decir que esta es además, coherente con todo lo que hace. No tiene molestas contradicciones: si se explica que una cosa es así, es así. No se saltan las normas para brujas y magia, vampiros, ni lo que dijeron de cómo afecta a estos la mordedura del hombre lobo (a la cuál en esta temporada sucumbe Nadia, la hija de Kath, al ser infectada con el veneno) tampoco para los complicados híbridos o para el tema de los cazadores, en quien convirtieron a Jeremy, el hermano de Elena, en la cuarta temporada. Todo es coherente, y si hay algún tipo de cambio, este es bien explicado por motivos sobrenaturales o mágicos cuyas normas quedan bien claras. Los guionistas, gracias, a Dios, hilan bien con eso y con la evolución de los personajes y las tramas. Parece que, al menos de momento, saben lo que hacen. En cuanto a Katherine, ya era hora de despedirla, y lo han hecho tal y como dijeron: a lo grande. Su despedida se fue planeando desde el comienzo de la temporada. Se mostró su lado más humano y vulnerable, literalmente, pero siguió siendo la misma luchadora y superviviente de siempre. Se le permitió cerrar uno de los más penosos capítulos de su vida, el de la pérdida de su familia, junto a la cuál ella creía que también perdió a la niña ilegítima a la que dio a luz, y por la que tuvo que huir avergonzada y repudiada. Y el capítulo de su muerte física, antes de ser pasajera, coincidió con el número 100, así que se rindió homenaje a este personaje vital en la serie, y, recordando un poco sus maldades pasadas, pudimos ver a muchos antiguos personajes, y ver cómo la serie ha crecido y madurado, como bien decía. Aunque la trama de la sociedad Agustina es la que menos me ha convencido, me gusta el personaje de Enzo, la verdad. Me parece perfecto como colega de parranda de Damon, y desde la muerte de Alaric, necesita uno, eso esta claro. El tema de los Errantes y su funcionamiento ha sido explicado con la misma coherencia que todo, y además, hasta el final, Markus ha sido un contrincante digno y fuerte, cuya intervención me temo que habrá hecho cambiar para siempre el panorama en Mystic Falls. Los protagonistas ahora han regresado de la muerte, y, a su regreso, en principio, todos parecían normales... todos menos Tyler, que, al parecer, y debido a que tomó la sangre de Elena y Stefan, ha dejado de ser un híbrido para ser un simple lobo normal. ¡¡Genial!! Aplaudo esa decisión, es una demanda que tenía casi desde que lo transformó Klaus en la tercera temporada, y que se reforzó en mi mente al ver a la manada de los Crescent en The Originals. ¡¡Necesitamos urgentemente hombres lobo normalitos en Mystic Falls!! Ya nos basta como híbridos con Klaus y Hayley, que fue transformada tras dar a luz, y por su puesto, su hijita, Hope. Con respecto a Bonnie y Damon, y su destino... en fin, que puedo decir. Ella ha sido un gran personaje, aunque siempre usada como Deux ex Machina cuando se necesitaba una bruja poderosa, y por tanto, a menudo menospreciada, creo yo. Le doy un 10 por su sacrificio y por la forma en que engañó a Sylas, y me temo que, de una forma u otra, vamos a asistir a su final. Una pena, porque me encanta el personaje y al igual que el tema de hombres lobo, también se necesita una bruja residente en Mystic Falls. Pero quizá Liv y Luke puedan ocupar su lugar. Quizá ellos puedan ayudar con Damon, aunque, sinceramente, creo que él esta más a salvo. Debo defender una vez más que soy partidaria, más por motivos de coherencia y de cierre adecuado de la serie y el guión, de la pareja de Stefan y Elena. Pero en esta temporada, a ella la hemos visto con Damon, y por supuesto, era su turno, como no, y aunque creo que al final, siempre será Stefan, y quizá Damon si termine muriendo de forma definitiva, no es ahora el momento. Creo que regresará, Stefan y Elena no van a rendirse hasta que le traigan de vuelta en la próxima temporada, y entonces, creo que debería ser el turno de ella de hacer algún sacrificio por los Salvatore. Así que yo estaría tranquila por Damon, personaje que me encanta, sobre todo cuando, en lugar de ponerse en plan salvaje y matar o ser el perrito faldero de Elena, actúa de forma compasiva, razonable, valiente e inteligente como en esta finale. Bien por Damon también, y espero tenerle de vuelta la próxima temporada.

En fin, que ha sido una semana llena de seasons finale muy pero muy intensas y emocionante. Ya sé que The Originals y The Vampire Diaries pueden no ser series del gusto de todos, por su temática sobrenatural o por su estilo juvenil. Pero yo las veo como dos excelentes series, de las que disfruto mucho, sobre todo cuando no flojean y nos dan momentos como los de esta quinta temporada, o la primera del spin-off que ha sido estupenda. Yo os las recomendaría. Tampoco muerden y es posible que puedan gustaros. Y aquí lo dejamos por hoy. Nos veremos muy pronto. ¡¡Besos!!

jueves, 15 de mayo de 2014

THE ORIGINALS (primera temporada)

Ayer finalizó la primera temporada de la serie spin-off de The Vampire Diaries, que se centra en las peripecias de la primera familia de vampiros de la historia, ahora afincados de nuevo en Nueva Orleans. Conocimos a Klaus como el villano de la segunda temporada en la serie madre, una de las mejores hasta ahora. Llegó arrasando, y con él se introdujeron tanto la figura del híbrido (mitad vampiro mitad licántropo) y la existencia de una poderosa familia de vampiros ancestrales. En esa misma temporada, conocimos al primogénito de esa familia, el hermano mayor de Klaus, Elijah. Ya en la tercera conoceríamos al resto de la familia, la única hermana, la menor, Rebeca, y otros dos hermanos, el incontrolable Kohl y el tranquilo Finn. Igualmente, conoceríamos a sus padres: Esther, una poderosa bruja, responsable del hechizo que transformó a sus hijos en los primeros vampiros de la historia, y por tanto, de la creación de estos seres, y Michael, su esposo, que tiene la particularidad de alimentarse de la sangre de otros vampiros y guarda un odio tremendo hacía Klaus, el bastardo engendrado por su esposa con un hombre lobo, de ahí que este, al hacer efecto el hechizo, se transformara en un híbrido. Finn y Kohl, así como Esther y Michael duraron realmente muy poco, y fueron muriendo a lo largo de la tercera temporada de The Vampire Diaries. Pero hacia el final de la cuarta temporada, los hermanos restantes, Klaus, Elijah y Rebeca viajaban a Nueva Orleans, lugar donde la familia residía cientos de años atrás. Allí, Klaus tuvo su reencuentro con su antiguo amigo y protegido, Marcel, ahora un poderoso vampiros, rey y dueño de la ciudad. También el híbrido recibió la noticia de que iba a ser padre, al estar embarazada de él Hayley, una joven mujer loba con la que había mantenido un romance de una noche. El personaje de Hayley ya había sido introducido con anterioridad también, como una loba que intentaba ayudar a Tyler, el licántropo residente de Mystic Falls convertido en híbrido, a liberar a otros híbridos del control mental que Klaus ejercía sobre ellos. Desapareció tras su breve e intenso idilio con Klaus, pero se nos dejaron caer notas interesantes sobre ella, como que creció en hogares de acogida, sin tener nunca una verdadera familia, y estaba buscando a la suya. Ese episodio sirvió de backdoor pilot como presentación de la serie. Con la potente rivalidad entre Klaus y Marcel, a pesar de su evidente afecto; la siempre compleja relación de los hermanos originales, y el nacimiento de un milagroso bebé, The Originals prometía ser bastante interesante, y la verdad es que a mí ha logrado convencerme del todo. En algunos aspectos, quizá a lo mejor por ser nueva y no estar tan desgastada, ha sido incluso mejor que la serie original. Creo que ha contribuido mucho a ello ha sido la elección del escenario: Nueva Orleans, una ciudad llena de historia, encanto y leyendas, ideal para situar una serie de corte sobrenatural.

Los primeros capítulos de la serie se centraron sobre todo, y como ya se presentó, en la rivalidad entre Klaus y Marcel, y la lucha de estos por adquirir el control de la ciudad, en especial tras haberlo arrebatado a las brujas del Barrio Francés. Pero también se nos contó la historia de cómo se conocieron siglos atrás, siendo Marcel un joven esclavo que Klaus liberó y tomo bajo su protección, y que mantuvo un idilio con Rebeca. La forma en que el chiquillo era tratado y despreciado suponemos que le recordó al híbrido el rechazo de su propio padre, y de ahí que decidiera protegerle. La relación de Klaus y Marcel se plantea por tanto como una muy compleja, llena de un pasado en el que hubo muchísimo amor y afecto entre ellos, pero a la vez, no deja de haber una tremenda rivalidad entre ambos. Conocemos también aquí al arma secreta de Marcel, la joven bruja Davina, a la que el vampiro salvó cuando sus congéneres pretendían sacrificarla en un ritual, junto a otras tres chicas más, para poder aumentar su poder y así hacer frente a Marcel y sus vampiros. El factor humano cobrará importancia con el personaje de Camille, una joven por la que Klaus sentirá gran compasión y afecto, y que quiere aclarar las circunstancias extrañas de la muerte de su hermano gemelo.Eventualmente, Marcel será derrotado y unirá sus fuerzas a Klaus, ante el creciente poder de las brujas. Nada se puede hacer ya para evitar que estas tengan de nuevo a Davina y terminen el ritual, mediante el cuál, algunas antiguas brujas como Genevieve (personaje realmente fascinante, que me ha gustado mucho) resuciten y se lo pongan realmente difícil a los vampiros. Pero la cosa no quedará tan solo entre brujas y vampiros: ante la idea de ser madre, Hayley tratará más que nunca de encontrar sus orígenes, que se hayan en una hechizada manada de lobos del Bayou. Ella hará todo lo posible para que el hechizo que atrapa a sus familiares en sus formas de lobo pueda ser roto, y cuando eso pase, los licántropos serán otro bando más a tener en cuenta en la lucha por el factor de Nueva Orleans, y también por el afecto de Hayley. Algo especial parece estar surgiendo entre la futura madre del hijo de Klaus y el vampiro original Elijah, pero a competir por el amor de Hayley llegará Jackson, el lobo con quien se suponía que su familia inicialmente deseaba casarla. Mientras, en muchos capítulos, asistimos a las irreconciliables diferencias entre Klaus y su hermana Rebeca, cuya compleja relación es capaz de pasar del amor y la confianza al odio y las ganas de matar en menos que canta un gallo. A través de Genevieve, que los manipulará a ambos, saldrán a relucir ciertos trapos sucios que harán que Klaus desee de nuevo matar a su hermana. Sin embargo, la acabará perdonando y le dirá que se mantenga alejada, que viva si vida tranquila y feliz, fuera de la ciudad. Debido a estas antiguas rencillas, y a la relación que existía entre Rebeca y Marcel, la alianza de Klaus con este último se romperá. Las cosas se complican cuando los licántropos piden su parte del pastel, y cuando Davina regresa de la muerte, asustada al principio de volver a usar la magia, y rechazada por las otras chicas resucitadas del ritual de la cosecha, pero después, con más confianza en sí misma y en sus habilidades, y más poderosa que nunca. Mucha importancia tendrá en el tramo final el personaje de Francesca Correa, aparentemente la nueva líder de la facción humana tras la muerte del padre Kieran, tío de Camille que sucumbe al mismo hechizo enloquecedor que hizo que su sobrino matara a varias personas u se suicidara después. Pero Francesca oculta un gran secreto, uno de los giros argumentales más impactantes de la temporada, que no revelaré pero que me dejó con la boca abierta. Su golpe de efecto nos llevará a una season finale de infarto. El último episodio se abre con una hermosa carta de Hayley a su futura hija, a la que Genevieve y las brujas intentarán sacrificar como ofrenda a sus ancestros. Klaus tratará de defender a Hayley a la bebé, pero tan solo podrá asistir impotente a ver como se llevan a la pequeña nada más nacer, y como matan a Hayley. No obstante, y siguiendo la mitología de la serie, esta ha fallecido con la sangre de vampiro de su hijita aún en sus organismo, de modo que regresa. Pero, al ser una mujer loba, si completa el proceso de transición bebiendo un poco de sangre de la niña, será una híbrida, cosa que sucede al final. Pero, antes de eso, el instinto maternal de Hayley la lleva a buscar a su hija a toda consta, y ayudada por Klaus, por un Elijah al que vemos perder los nervios hasta que la ve de nuevo con vida, y también de Marcel y de un arsenal inesperadamente encontrado por Camille, lograrán vencer a las brujas. Se toma después una dolorosa decisión para proteger a la pequeña. Después de que Hayley haya bebido una gota de su sangre para completar su transición, la niña, que recibe el nombre de Hope (Esperanza) es entrega por su padre a su tía Rebeca, con quien vivirá lejos de los peligros de Nueva Orleans y de las brujas que no cesarán de buscar su sangre. Y como colofón... antes de morir de nuevo, castigada por los ancestros, Genevieve revela que quien pidió el sacrificio de la niña fue su abuela, Esther. Esta es vista, resucitada en otro cuerpo, junto con el hijo que más seguía su juego, Finn. Por su parte, Davina ha respondido a la petición de Michael de devolverle a vida, pero el fiero padre de los originales se encontrará con una sorpresa por parte de la joven bruja: esta totalmente bajo su control, como un títere.


Creo sin duda que la CW ha acertado de lleno con esta pedazo de serie, que no solo iguala los mejores momentos de The Vampire Diaries, sino que los supera. Como he dicho antes, quizá el escenario de Nueva Orlenas tenga mucho que ver en eso, pero también esta la ausencia de pesados triángulos amorosos sin resolución que nos llevan a eternas batallas adolescentes sobre con quien demonios acabará Elena, y si eres team Stefan o team Damon (odioso) Además de eso, el tema de varias facciones sobrenaturales distintas luchando por el poder y el control de la ciudad es tremendamente interesante. Entre vampiros, brujas y hombres lobo surgirán todo tipo de alianzas y rivalidades, dando lugar a una de las cosas que siempre ha sabido hacer bien la serie original: que cada personaje tenga su propia agenda y resulte complejo e interesante, nada plano ni aburrido. Y en este caso, eso se multiplica por mil, dando lugar a intensos juegos de poder y a potentes giros argumentales. Y si nos ponemos a hablar de los personajes, tampoco encontramos que sean planos o poco interesantes. Genevieve con su mezquindad me resultó fascinante, además de una mujer muy bella y sensual, que hizo que no echara mucho de menos a la primera bruja que conocimos en la serie, Sophie Deveraux. Particularmente interesante fue ver la evolución de Davina y de Camille. Davina comienza siendo utilizada por todos, una joven asustada bajo la protección de Marcel, que desconoce lo terriblemente poderosa que puede llegar a ser. Anhela la vida de cualquier adolescente normal, ir al instituto a estudiar y conocer a chicos como Tim, o Josh. Pero, cuál Perséfone, al descender a la muerte y regresar de ella, pasa de ser una doncella asustadiza a toda una reina, una fuente de poder tal que puede controlar a un ser tan terrible como Michael. El personaje de Camille me resultó al principio la típica humana que, en estos asuntos, no se entera de gran cosa, sobre todo cuando veía como borraban a menudo sus recuerdos. Pero su determinación por saber qué le sucedió exactamente a su hermano, y después por salvar a su tío, víctima del mismo hechizo, me hizo empatizar mucho con ella y se ganó mi simpatía. Cuando al final recibe ese legado familiar en forma de armas y secretos para proteger a los seres humanos de Nueva Orleans de las amenazas sobrenaturales, la vi enseguida como líder de la facción humana. Sería una buena líder, valiente, compasiva, y con todas esas armas e información a sus disposición. Destaco también la importancia de la relación de Klaus y Marcel, que nos ha ayudado a conocer mucho mejor la compleja psicología del híbrido a través de su amistad con ese pequeño esclavo que luego se convertiría tanto en poderoso enemigo como el aliado. Creo que esa relación es, sin duda, uno de los pilares de la serie. Menos me convenció ese romance insinuado entre Hayley y Elijah, no sé, no lo veo, la verdad, no sé por qué pero no me convence. Aunque sí me gustó mucho en la season finale ver al correcto y elegante original perder la cabeza cuando pensaba que Hayley estaba muerta. En cuanto a ella, en la serie madre fue introducida como una secundaria que, bueno, me caía bien, pero tampoco había mucho más que decir de ella. En esta serie se nos ha convertido en otro pilar, una mujer a la vez fuerte y vulnerable, que busca su lugar y su identidad al saber que va a ser madre, y que desea ante todo poder dar a su hijita la mejor vida posible. Su carta a la niña me conmovió sinceramente, igual que me conmovió ver a Klaus entregándola a Rebeca, a la que había echado mucho de menos, y decirle con lágrimas que matará cruelmente a cualquiera que intente hacerle algún daño, y que, algún día, volverán a reunirse. Es Klaus, que le vamos a hacer. Pero creo que sin duda esa niña va a estar muy protegida, y será de gran importancia en la serie. Un bebé en parte vampiro, en parte hombre lobo, en parte bruja... será la criatura sobrenatural más poderosa que jamás haya existido. Eso sí, Genevieve lo dejó bien claro: siempre estará bajo amenaza. En cuanto al detalle final de resucitar a los padres orginales, Esther y Michael, ahí también chapeau, me quito en sombrero. En la serie madre les vimos muy poco, y sin duda, aún hay mucho más que decir sobre ellos, y serán los perfectos villanos de la segunda temporada, que ya ha sido confirmada. Como detalle final, comentar que la serie sigue muy conectada a la original. Se mencionan eventos como la destrucción del más allá de los seres sobrenaturales, que esta teniendo lugar ahora mismo en The Vampire Diaries (reseña mañana, que termina una temporada también estupenda) y también hemos contado en un episodio con la presencia de Tyler Lockwood, el joven lobo de Mystic Falls al que Klaus convirtió en híbrido en la tercera temporada, y que, desde entonces, sigue clamando venganza contra él.


En fin, creo que he hecho muy pero que muy bien dando una oportunidad a este spin-off. mucho menos meloso y adolescente que su original, y más interesante. Me alegro de que hayan decidido concederle una temporada más, porque tengo muchas ganas de ver que pasará con Hope ahora que sus abuelos han regresado de la muerte, como será la nueva Hayley híbrida, y muchas cosas más. Yo me quedo con The Originals, y si os gusta le temática sobrenatural, os la recomiendo sin duda.

miércoles, 14 de mayo de 2014

TOP 10 MÉDICOS (parte II)

Hoy nos toca avanzar un puesto más en el ranking de aquellos que, sobre todo en la pequeña pantalla, han vestido la bata blanca para encarnar el papel de médicos. Y este puesto le corresponde al papel que lanzó a la fama a uno de los actores más cotizados y deseados de los últimos tiempos, George Clooney. El interpretaba al doctor Doug Ross en Urgencias, un drama médico de gran éxito en la década pasada que contó con nada menos que 15 temporadas, que se dice pronto. Fueron muchos, por tanto, los actores y personajes que se dejaron caer por la serie a los largo de esos 15 años, y aunque no la seguí devotamente (solo vi episodios sueltos en televisión de cuando en cuando, como suelo hacer con este tipo de series) recuerdo especialmente a algunos de los personajes del principio. El era uno de ellos. Doug Ross era un pediatra siempre representando como devoto y cariñoso con sus pequeños pacientes, por el que seguro que alguna mamá se volvía bastante loca, igual que las espectadoras de la serie. Tenía un hijo al que no veía demasiado, nos imaginamos que de alguna relación esporádica con alguna mujer, puesto que era, por supuesto, el clásico seductor, y no le faltaban los romances. No tenía mucha contacto con su hijo quizá por que no confiaba, a pesar de su amplia experiencia con niños, en ser un buen padre, dado que el suyo les abandonó a su madre y a él. Pero tuvo la ocasión de reconciliarse con él antes de que muriera en un accidente por haber bebido y ponerse al volante. A pesar de ser un seductor y mujeriego, pronto comenzó una relación de corte más estable con Carol Hathaway, una enfermera del mismo hospital en el que trabajaba, el General Hospital de Chicago. Esa relación tendría muchos altibajos, el personaje de Ross abandonaría la serie oficialmente en la quinta temporada, y ella lo haría posteriormente, en la sexta, cuando después de muchas idas y venidas, de romper y retomar su relación en varias ocasiones y de haber sido padres de dos niñas gemelas, Kate y Tess, se reunen de nuevo y al fin terminan felizmente juntos. La pareja al parecer se instala con sus hijas en Seattle (curiosamente, escenario del drama médico del momento, Anatomía de Grey, cuyos personajes también se dejarán caer en este ranking) Doug Ross volverá a aparecer en la serie en temporadas posteriores en breves cameos, principalmente, cuando algunos personajes del elenco inicial la abandonen o como homenaje en la temporada final.


En fin, que nada como encarnara un pediatra guapo y seductor para revolucionar las hormonas femeninas y ser catapultado directamente a la fama. Este fue el papel que hizo a George Clooney pasar de ser un actor semidesconocido a la estrella que es hoy. Yo personalmente le considero un buen actor, y debo reconocer que, como hombre, su punto tiene, es muy guapo y elegante, aunque hay algunos que me gustan bastante más, que le vamos a hacer. En próximas entregas del ranking seguiremos con esta misma serie, que, en 15 temporadas, dio mucho de sí y tiene algunos personajes que recuerdo con cariño, como este. Pero también habrá personajes de otras series médicas como Anatomía de Grey, y más, y por supuesto no revelo quien estará en el primer puesto. Eso tendréis que esperar para verlo. ¡¡Nos vemos muy pronto!!

lunes, 12 de mayo de 2014

SPACE COWBOYS

No no, no vengo a hablaros de la famosa película en la que unos veteranos astronautas vuelven a la carga en una misión en el espacio, a pesar de que ya han dejado bien atrás sus años mozos. En realidad, lo que quiero tratar es bien distinto. En esta entrada, quisiera analizar un poco la figura del cowboy, del salvaje oeste y de la frontera como un mito relativamente moderno, muy arraigado en la mentalidad americana, y que vemos reflejado en su forma de ser, su literatura y en el cine. Desde el descubrimiento de América por parte de los europeos en 1492, aquella tierra desconocida pasó a ser un territorio virgen a explorar y a explotar por las potencias europeas mundiales. Con el correr de los siglos, en continente americano se fue alzando en independencia, las colonias se emanciparon y comenzaron a formarse en él los países que todos conocemos, tanto en el sur como en el centro y el norte, y estos comenzaron a forjar su propia identidad, combinando sus raíces más ancestrales y sus culturas indígenas con su pasado colonial más reciente y las influencias europeas e incluso africanas en muchos lugares de América, en especial en el norte y en Caribe, ya que no debemos olvidar que una gran cantidad de esclavos procedentes del continente negro fueron llevados allí a la fuerza para trabajar en las plantaciones y en las casas, y llevaron consigo parte de sus tradiciones, su lengua y su cultura. Estados Unidos es hoy el país más rico y poderoso del mundo, la primera potencia mundial. Pero hubo un día en que fue una nación nueva, recién formada, que hubo de forjar su propia identidad nacional. También debemos recordar que, cuando se declaró la independencia de los Estados Unidos, tan solo formaban parte del país las trece colonias originales, de origen británico, por supuesto. La británica fue posiblemente la primera y mayor influencia que los americanos recogieron, aunque siempre con la visión de emanciparse de la Madre Inglaterra y construir un país nuevo y diferente. Pero hubo también otras influencias, como la de los nativos norteamericanos, cuyas tribus luchaban por sobrevivir a la imparable expansión del hombre blanco, y la española, en especial en el sur, donde el contacto con México era mayor. Destaquemos que Texas no se convirtió en un estado americano hasta 1845, pero desde mucho antes, las trece colonias originales tenían su visión puesta en expandirse hacia al Oeste, ampliando así sus territorios. A esto ayudó enormemente la compra de Lousiana a Francia en 1803, que permitió por fin cruzar esa frontera física y psicológica que era el río Mississippi. Otro impulso fue sin duda, la fiebre del oro, que en sucesivas oleadas, condujo hasta California a miles de buscadores, con la promesa de enriquecerse de forma rápida, legal  y sencilla. El Oeste para los americanos suponía muchas cosas. De entrada, prometía riquezas y prosperidad, pero eso sí: tan solo a los más fuertes y audaces, a los que fueran capaz de conquistarlo. El salvaje oeste era cosa de hombres fuertes y rudos, de pioneros y de cowboys que llegaban con lo puesto y prosperaban rápidamente. La frontera suponía un reto que solo los más capacitados podían afrontar, y así, nace uno de los mitos más arraigados en la mentalidad estadounidense: el del self-made man, el hombre hecho a sí mismo, capaz de empezar de cero, conquistar y superar los retos, y llegar hasta lo más alto. Una idea que explica el salvaje individualismo de la sociedad de aquel país. Pero pronto, las cosas cambiaron. Casi un siglo después de la independencia de Estados Unidos, en 1869, la Union Pacific consigue cerrar el primer circuito transcontinental de ferrocarril, uniendo la costa Atlántica con la Pacífica y facilitando cruzar el país de punta a punta. Esto y la Guerra Civil Americana o Guerra de Secesión (1861.1865), que enfrentó como sabéis al Norte y al Sur del país por el tema de la esclavitud, y muchas otras razones, hizo que el mito de la frontera terminara muriendo, al menos, de forma física. La frontera quedó sellada y cerrada. Estados Unidos ya estaba totalmente conformado tal y como lo conocemos hoy. Ya no más diligencias cruzando el país, no más valientes cowboys, no más salvajes indios con sus flechas, forasteros cruzando el Mississippi, sherrifs y pistoleros. No más reto y aventura que sólo los más duros y valientes pueden afrontar. El país tendría que ampliar un poco sus miras y empezar a buscar otras influencias, otras identidades e historias que contar. Aún así, este mito de la frontera, el personaje del cowboy y el escenario del salvaje Oeste se han quedado para siempre en la mentalidad americana, y nos han llegado a través de la literatura y del cine, comenzando por dos autores que creo que ayudaron tremendamente a formar la identidad literaria de los Estados Unidos, y a que este país empezara a contar sus historias.


Mark Twain (Samuel Langhorne Clemens) retrata en sus dos obras más famosas, Las aventuras de Tom Swayer, y Las aventuras de Huckelberry Finn, la vida de ese sur mítico que muchos en Estados Unidos no pueden olvidar, hablándonos a través de los ojos de los niños protagonistas de aventuras, de las desigualdades raciales que llevaron a la guerra civil y del estilo de vida sencillo de entonces. James Fenimore Cooper, cuya obra más famosa y que más conocemos es El último mohicano, la cuál fue llevaba al cine en 1992 con gran éxito, escribió numerosas novelas donde se retrata la vida de los pioneros, sus viajes al Oeste, sus enfrentamientos con fieros indios, y en definitiva, todo lo que podemos esperar de este tipo de escenarios. Más tarde, ya en el siglo XX, llegaría el cine, y desde la colinas de Hollywood, el mito del cowboy resucita una vez más para convertirse en el wetern, un género cinematográfico que, si bien no esta muy de moda en el cine actual, tuvo su auge sobre todo en los años 50, los años del glamour de Hollywood y de la postguerra tras la Segunda Guerra Mundial. El western nunca fue mi género preferido, pero sin duda, ha dado grandes clásicos al cine, y si de cowboys de pantalla grande debemos hablar, se me ocurren dos nombres que no pueden faltarnos nunca:


John Wayne (1907-1979) aunque empezó con el cine mudo, es sin duda era un clásico imprescindible en la época de mayor auge del western. Rodó más de 100 películas, teniendo un record hasta ahora imbatido de papeles protagonistas. No había peli del oeste en la que faltara él. Tanto es así, que se decía popularmente que John Wayne no hacía de vaquero, los vaqueros hacían de John Wayne. Nadie como él para calzarse las botas y el sombrero, y montar a lomos de un briosos caballo hacía el sol poniente. Por su parte, y aunque ahora de esta dedicando más a dirigir que a actuar, con igual éxito por cierto, el veterano Clint Eastwood nos regaló en su día clásicos inolvidables del western como Por un puñado de dolares, o El bueno el feo y el malo. Con ellos comenzó su carrera, que alcanzaría la cumbre con otro duro donde los haya, Harry Callahan o Harry el Sucio, y después diversificó con más papeles, de corte más sensible en incluso romántico como Los Puentes de Madison o Million Dollar Baby. Con los años, como hemos comentado, Eastwood ha abandonado la interpretación para ponerse al otro lado de la pantalla como productor y director, cosechando éxitos como Cartas desde Iwo Jima. Sin duda, ellos dos contribuyeron a perpetuar el estereotipo y el mito del cowboy como tipo duro y pionero en una tierra de nadie.

A partir de los años 60 y 70, la moda del western comienza a decaer. Son las décadas de las revueltas sociales, de las protestas por la guerra de Vietnam (1959-1975) y de las marchas por la igualdad racial y de género, y la lucha por los derechos civiles. Con nuevas ideas, América cambia y comienza a contar sus historias de una manera distinta. A partir de los 80, con ayuda de nuevas tecnologías, el cine explota un género que hasta el momento se consideraba casi menor, algo denostado, y demasiado caro de hacer: la ciencia-ficción comienza lentamente su edad de oro, que, al menos eso considero yo, continua en el cine y televisión de hoy en día. Y en él, sorprendentemente, el mito del cowboy de nuevo se reinventa, y en dos de las más míticas sagas del género encontramos a dos personajes totalmente cortados por este patrón.



Han Solo (Star Wars) y James T. Kirk (Star Trek) sin duda son dos personajes masculinos que beben de esta fuente, creados a partir del cowboy. Ambos se hayan en un territorio tan hostil e inexplorado como lo era entonces el oeste de los Estados Unidos, en este caso, el espacio se convierte, como bien reza la intro de la serie clásica de Star Trek, en la "última frontera", el nuevo territorio virgen que conquistar. La primera aparición de Han en la saga, junto con su vestuario y el escenario (una cantina al más puro estilo de los western) nos lo dice todo. Estamos ante dos hombres pioneros, aventureros, seductores, duros y muy viriles como cualquier cowboy, aunque también con un lado menos machista y más sensible y abierto que los vaqueros de antaño. No se enfrentan a indios, pero sí a alienígenas hostiles como lso Klingon, o a la dictadura de un Imperio Galáctico. Admiramos su independencia y su capacidad de salir tan fácilmente de los embrollos como para meterse directamente en ellos. Y, a falta de un buen revólver, o de un Winchester, portan sus armas láser allá a donde van. Sin duda, sin ese mito de la frontera y del cowboy que forjó la mentalidad americana, no tendríamos a personajes tan inolvidables para ellos, y miles de chicas un poco frikis y enamoradizas como yo no se declararían sus absolutas fangirl o suspirarían por saber donde venden uno de estos, para comprarlo más que nada, jajaja.

Y bien, con esto y una canción, perfecta para cerrar la entrada, que espero que os haya resultado interesante, entretenida e ilustrativa, ya me despido hasta nueva orden. Nos veremos muy pronto. ¡¡Saludos y besitos a todos!!

sábado, 10 de mayo de 2014

POMPEYA (Reseña)

Bien, gente, ayer tocó cine con mi amigo (y maestro Jedi) David, y nos vimos esta peli, que ahora corresponde reseñar como es debido. Sabéis que, cuando reseño, intento ser justa y mencionar tanto lo malo como lo bueno, pero me temo que en este caso pesa casi más lo malo. Paul Anderson, muy conocido por sus películas de Resident Evil, ha intentado abarcar evidentemente un proyecto que le viene demasiado grande. La película carece de todo el sentido épico que se puede esperar de una historia tan grande y conocida desde la Antigüedad como la destrucción de las ciudades de Pompeya y Herculano por la erupción del Vesubio en el año 79 A.D. Su peor defecto es que flojea considerablemente donde una historia de calidad jamás debería flojear: en el argumento y en los personajes. Tras, eso sí, una magnífica introducción con imágenes de los cadáveres momificados en ceniza y piedra pómez de las víctimas de la erupción, y con palabras de Plinio el Joven que describen bellamente el desastre en toda su magnitud, pasamos a lo que vendría siendo la historia en sí. Veamos: en la provincia romana de Britannia, casi el último confín al norte del Imperio, un pequeño de origen celta asiste a la masacre de su familia y de su pueblo por parte de los romanos. Años después, se nos convertirá en un fiero gladiador, apodado el Celta, que aún busca venganza por lo sucedido, y al que la casualidad llevará a Pompeya, donde vivirá un romance con una joven romana de alta alcurnia, entablará amistad con otro gladiador negro, y será testigo de la tragedia de la erupción. No revelo si él, su amada o su amigo llegan a sobrevivir para que exista algún interés en ver la película, ya que su argumento no tiene nada más. Se queda en una aspirante, un wannabe de la misma historia, la del esclavo gladiador en busca de venganza, que ya nos han contado mil veces y de manera realmente épica e inolvidable en clásicos como Espartaco (en su versión más antigua) la mítica Gladiator o series de gran éxito como Spartacus. Ahí si hemos visto este tipo de historia contada de una forma intachable, mientras que, en Pompeya, se queda en algo totalmente insustancial. En cuanto a los personajes, no podrían ser más planos: tenemos a nuestro héroe protagonista, rudo, pero de buen corazón en el fondo, cuya motivación es la venganza y el amor por la chica; a la guapa chica de turno, bella y compasiva, a sus papás en un segundísimo plano, al amigo negro del héroe, y al villano, en este caso un senador romano, cuya única motivación parece ser beneficiarse a la muchacha. Y punto. Estos personajes se quedan en una sola dimensión, y no se desarrolla su psicología ni evolucionan para nada. No esperéis mayores motivos de rivalidad entre el héroe y el villano, o un romance que sea una historia de amor bonita, romántica, y donde veamos a la pareja protagonista enamorarse de verdad. Nada de nada. No aporta nada nuevo ni fresco al género de "Una de romanos" que cantaba el maestro Sabina. Además, escaman muchos detalles. Veamos, a nuestro gladiador le llaman el Celta... a ver, a ver, donde he visto yo a un gladiador con un apodo de gentilicio... espera.. ¿A Russell Crowe en Gladiator no le llamaban precisamente el Hispano, por haber nacido en Emerita Augusta, o sea, Mérida? (cerquita de la tierra de mi madre, por cierto) Uhhmm... sospechoso. Muy sospechoso y otro de los motivos por el que la película no pasa de ser un Gladiator wannable, un quiero y no puedo. Y en cuanto a que el protagonista tenga un amigo negro, duro como él pero simpático en el fondo, eso donde lo he visto... vamos a ver... ¡Ah, sí! Relegar a los actores de color a papeles de secundario, escudero y amiguete que además suele morir el primero solo lo he visto en cientos de películas de acción, bélicas, de terror slasher con asesino en serie psicópata y casi hasta en la sopa. Así que felicito a Paul Anderson, por darnos una historia con fallos imperdonables (lo siento, pero no puedo perdonar una historia con un argumento insulso y personajes planos, cuando tener un buen argumento y personajes interesantes es precisamente, lo más importante de cualquier guión) y por perpetuar estereotipos racistas. Otro fallo imperdonable como director es disponer a tus órdenes de actores de sobrado talento y conseguir que queden flojos de verdad. Kit Harrington nos ha demostrado lo que vale con su Jon Nieve de Juego de Tronos, saga que tiene, desde luego, una de las mayores colecciones de personajes multidimensionales y moral y psicológicamente complejos. Al pobre su primera incursión en el cine le ha salido más bien rana. Carrie-Ann Moss saltó a la fama con su Trinity de Matrix, una trilogía tremendamente interesante desde un punto de vista de guión y filosófico, y que marcó, reconozcámoslo, un antes y un después en la hsitoria del cine.Y nadie que la haya visto allí y en otras películas puede dudar de su talento como actriz. Y qué decir de Keith Sutherland, actor no solo consagrado, sino perteneciente una famosa saga de Hollywood. Bueno, pues aquí todos quedan relegados a una sola dimensión: la única motivación del personaje de Kit es la venganza, y como mucho, el amor por la chica de turno. Carrie-Ann queda relegada a un ínfimo papel como madre de la chica (a la que no puedo considerar ni siquiera una herona protagonista, ya que no se comporta como tal)´y hasta Keith es un villano de una sola dimensión (no hay nada peor que eso) y sobreactuado. Enhorabuena de nuevo al director por hacer que actores buenos y con talento parezcan malos.



Así que la película falla estrepitosamente en lo más importante (historia y personajes) Con semejante panorama, uno acaba deseando que entre en acción ese elemento incontrolable de la naturaleza, ese Deux ex machina del volcán y acabé arrasando con tanta tontería. Y cuando lo hace, la verdad es que en ese aspecto no hay queja, ya que la recreación es totalmente espectacular, con la ceniza oscureciendo el cielo, las rocas piroplásticas volando por doquier y el tsumani que destroza todo a su paso. Ahí si se cumplieron mis expectativas, y es de lo poco que salvaría de la película, junto con el hermoso comienzo que ya he mencionado, con las escenas de acción en la arena, bien coreografíadas y entretenidas, y la ambientación y recreación de la ciudad de Pompeya, muy cuidada y bien hecha, que me gustó bastante, la verdad. Estos son los detalles positivos con los que puedo quedarme. Honestamente, me temo que no recomendaría que fuerais al cine a verla, y os gastárais el dinero el una peli que es bastante floja. Esperad si eso a que la emitan en televisión alguna sobremesa aburrida en la que no haya nada mejor, y la véis para distraeros un rato, porque tampoco merece la pena para nada más.

miércoles, 7 de mayo de 2014

WHAT IF? (¿Y SI?)

El espacio y el tiempo son dos dimensiones tremendamente complejas, que el ser humano ha tratado de estudiar y comprender desde tiempos muy remotos. Hoy en día sabemos un poco sobre ellas, aunque no todo lo que nos gustaría saber, desde luego. Sabemos que, por ejemplo, estas dos dimensiones son mucho más flexibles de lo que nos creíamos en un principio, que son relativas y dependen mucho de nuestra percepción, y también que no son una simple línea recta, sino más bien circulares, o en todo caso, mucho más complicadas que algo tan sencillo como eso. La física moderna acepta incluso teorías que combinan espacio y tiempo a la vez, abriendo nuestros horizontes a múltiples dimensiones o a universos paralelos y alternativos. Pero no temáis, no aportaremos sobre este tema un punto puramente científico, sería no solo demasiado aburrido, sino también, iría más allá de mis conocimientos. Aunque me interesa mucho y me parece fascinante, y en ocasiones hemos tratado sobre ella, la física no es mi mayor fuerte. La encuentro fascinante, sí, pero muy complicada, así que nos centraremos en el tema desde un punto de vista más filosófico y literario si me lo permitís. Para Santo Tomás de Aquino, y para muchos físicos actuales, tiempo y espacio es una buena forma de definir esa esencia universal, ese primer principio que las religiones al uso llaman Dios. Es algo tan grande que nos cuesta pensar en ello. Quizá por eso nos fascina tanto. En la ciencia-ficción, poder viajar por el espacio sin limitaciones técnicas e incluso poder viajar en el tiempo ha sido siempre un tema recurrente. Y, naturalmente, también lo ha sido acceder a distintas dimensiones o a tiempos y espacios alternativos, a universos paralelos creados por los cambios que se producen debido a esos viajes en el tiempo. Esto sucede mucho, por supuesto, en el mundo del cómic. Las dos grandes casas de comics tienen complejos universos, desde el Multiverso DC hasta los What If y universos alternativos de Marvel, donde presentan distintas versiones de sus personajes más carismáticos y conocidos.

Multiverso DC, donde vemos a Superman, Batman o Wonder Woman en sus distintas encarnaciones, si bien posteriormente este multiverso fue reunificado


Historias What if de Marvel, que nos plantean como serían las cosas si hubieran sucedido de otra manera, en este caso, si Ben Parker, el tío de Spiderman, hubiera vivido, y si los X-Men hubieran perdido Infierno


Dos de las historias de viajes en el tiempo y universos alternativos más potentes de Marvel. De la primera ya hemos hablado mucho por aquí: en Days of Future Past Kitty Pryde, la benjamina de los X-Men, viaja desde el futuro para impedir el asesinato del senador Robert Kelly, y con el un mundo controlado por los Centinelas. La adaptación al cine llegará muy pronto a nuestras pantallas. En Age of Apocalypse se nos plantea como sería un mundo sin Charles Xavier, mentor y fundador de los X-Men, cuando su hijo viaja al pasado con la intención de asesinar al gran rival de su padre, Magneto, y acaba matándole a él por accidente. En un mundo dominado por el villano Apocalipsis, los X-Men, dirigidos por Magneto, intentan hacerle frente al mal y sobrevivir. Esta historia según parece también será adaptada al cine muy pronto.

Pero lo más interesante y filosófico de estos universos alternativos es como una sola cosa, un solo detalle, o la ausencia o presencia de una sola persona puede cambiarlo todo. Y es que una sola decisión, una sola influencia o una pequeña cosa pueden hacer que nuestra vida cambie de arriba a abajo y sea muy diferente de lo que teníamos planeado. ¿Quién no ha pensado alguna vez qué hubiera sucedido si hubiera tomado un camino distinto en su vida, si hubiera estudiado otra cosa, aceptado otro trabajo, vivido en otra ciudad o conocido a otras personas? Nuestras vidas están llenas de decisiones que tenemos que tomar a diario, y, desde el punto de vista de la estadística, las matemáticas y la ciencia física, cada una de esas decisiones nos abre un abanico de posibilidades que son el camino a múltiples dimensiones... a universos alternativos y paralelos que quizá nunca conozcamos. Quizá por eso estas historias nos interesan tanto, porque nos hacen ver lo frágil que es el equilibrio de las cosas, y cómo cambiar un solo detalle, por pequeño que sea, puede cambiarlo todo. Esto lo explica muy bien la Teoría del Caos y el Efecto Mariposa, y creo que todos nos hemos parado a pensarlo alguna vez. Un buen ejemplo de ello es una anécdota personal que en cierta ocasión escuché en la radio sobre la cantante y compositora KT Tunstall (Kate Victoria Tunstall) Ella al parecer fue adoptada siendo un bebé y lo supo desde que era muy pequeña. Su padre adoptivo, precisamente físico de profesión, la llevaba a menudo a ver las estrellas, y le explicaba cosas sobre astronomía y sobre el universo. Aunque su infancia fue feliz al cargo de unos padres adoptivos que le dieron cariño, amor, una educación y todo lo materialmente necesario, a menudo ella se preguntaba cómo sería su vida si la hubieran adoptado otros padres. Viviría en otra ciudad, iría a otro colegio, tendría otros amigos, y seguramente, no vería las estrellas con su padre, tal vez harían otras cosas distintas. Imaginar todas esas posibilidades, todas esas vidas alternativas fue en parte lo que la impulsó a empezar a componer canciones y a dedicarse a la música. Y sin duda, el cine también nos ha dado buenas muestras de este tema que tratamos, y podemos sacar muchos ejemplos de películas que juegan con esto.


Sin duda, cuando hablamos de viajes en el tiempo y de los líos que se pueden organizar cuando andamos tocando lo que no debemos en las líneas temporales, siempre se nos viene a la cabeza la famosa trilogía de los 80 Regreso al Futuro. Los viajes de Marty McFly ocasionaron a lo largo de las tres películas más de un desaguisado. No solo estuvo casi a punto de no nacer, al encontrarse con su madre en el pasado y sentirse esta atraída por él, sino que, también, sus viajes ocasionaron un 1985 alternativo donde su padre estaba muerto y su madre se había casado con su gran enemigo, ahora rico gracias a un libro donde se recopilaban todos los resultados deportivos hasta el año 2000, y que usó para apostar durante años. Eso por no hablar de los líos en los que se metió viajando a... 2015. Sí, el tiempo pasa muy rápido y ese año ya esta a la vuelta de la esquina. Pero dejemos aparte los viajes en el tiempo y los universos alternativos que se crean con ellos, y centrémonos en el concepto what if... ¿y sí ese universo alternativo, esa vida diferente, se hubiera creado al haber tomado una persona un camino o una decisión distinta, o si simplemente las cosas hubieran salido de forma diferente? El destino puede jugarnos todo tipo de pasadas, malas y buenas, y es algo que nunca vamos a poder controlar. Esto hace del what if un concepto tremendamente interesante para una historia, y se me ocurren al menos dos películas, además no de ciencia-ficción precisamente, ni fantásticas, que juegan muy bien con él.


En Family Man Nicholas Cage interpreta a un exitoso broker de Wall Street, que vive en el lujo. Una Nochebuena, tras sufrir un accidente, tendrá la visión de una vida totalmente diferente, donde nunca se hizo millonario, sino que se casó con su amor de juventud y lleva la vida de cualquier padre trabajador. Trabaja con su suegro y tiene dos niños pequeños. Esa visión nos mostrará el camino y las alternativas que el protagonista hubiera podido tener en la vida.


En Dos vidas en un instante, Gwyneth Paltrow (Helen) vivirá dos historias completamente distintas, gracias no a una decisión tomada por ella, sino a un hecho ajeno a su voluntad. En una de las historias, es víctima de un robo en el metro, lo cuál le impide llegar a casa a tiempo para descubrir a su novio engañándola con otra mujer. En la otra, eso no sucederá, y Helen si llegará a casa justo para ser testigo de esa infidelidad, tras la cuál, romperá su relación y emprenderá una nueva etapa. ¿Cuál de las dos vidas, cuál de las dos opciones resulta la mejor? Bueno, eso tendréis que descubrirlo viendo la película. 

En conclusión podríamos decir que vivimos en un universo complejo y lleno de posibilidades. No debemos tener miedo de tomar decisiones importantes, ni creer que las cosas malas nos pasan por algún tipo de castigo divino. Nunca se sabe qué decisión va a cambiar a mejor nuestra vida, o si un mal encierra dentro de sí algo bueno. Hay que tener los ojos bien abiertos, pero también, ser un poco cautos y tratar de tomar nuestras elecciones con buen juicio y sentido común, usando tanto la cabeza cómo el corazón. Y así, quién sabe que maravillosos universos paralelos llegaremos a conocer.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...