jueves, 2 de enero de 2014

UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN A COMIENZOS DE AÑO

Bien, gente, estrenamos un nuevo año. Ya nos hemos comido las uvas, hemos felicitado a los nuestros, y hemos deseado que 2014 llegue cargado de cosas buenas. Tenemos seguramente, la mente llena de buenas intenciones y estupendos propósitos que cumplir. Y eso esta genial, pero... seamos sinceros, ¿cuánto suelen durar esos buenos propósitos? No mucho, la verdad. Nos proponemos toda clase de cosas, que si dejar de fumar, que si aprender inglés (that's not my case, but if you need any help... ) que si perder peso, ver más a los amigos o familiares a los que luego el resto del año no vemos, ir al gimnasio, leer más, salir menos, ahorrar... yo que sé, mil cosas. Y empezamos con entusiasmo y con ganas, pero dura bien poco. Apenas ha acabado el mes de enero cuando ya tenemos toda clase de excusas para no seguir haciéndolo. Y lo dejamos, ya llegará otro año nuevo y volveremos a empezar. Y eso no esta bien. En esta sociedad en la que vivimos, se ha perdido una virtud muy interesante, llamada constancia. Yo no es que sea un ejemplo perfecto de ello, de hecho, como muchos otros, tengo un tonto complejo de que no termino nunca lo que empiezo. Pero si lo miro bien, en muchas cosas, puedo considerarme una persona constante. Sigo desde hace años con mi carrera, la de la tortuga, pero con firme intención de terminar. He finalizado mis cursos y contratos temporales, y en otras cosas menos formales, sigo mis series desde hace mucho tiempo, algunas ya están vistas de principio a fin, o bien porque fueron canceladas, o bien porque finalizaron. No las abandono así como así, a menos que me decepcione mucho o me aburra. Así que puede decir que, en muchos aspectos, soy constantes. Eso por no hablar de este blog, la blogosfera es un buen ejemplo de lo que digo: la gente empieza sus blogs, pero luego muy pocos siguen, y creo que aún menos blogueros pueden decir que lleven online cinco años, como próximamente celebraremos por aquí, cinco años nada menos, cuando hay blogs que los abandonan a la primera de cambio. Pero hay en uno en que debería ser constante, y que siempre abandono. Me gustaría no hacerlo, porque mi salud se vería beneficiada, y ese aspecto es...


Sí, lo habéis adivinado, cuidar más mi dieta y hacer más ejercicio físico. Siempre lo digo: no se trata de matarse de hambre, sino de tener una alimentación más sana, no tomar tantas chucherías, ni patatas, ni comida basura, tomar más pescado y verduras, y mover un poquito más el culo. Saber que he perdido 2 kilos últimamente me anima un poco, pero con las fiestas, ya os imagináis, me he puesto como todos morada perdida de zampar. Me gusta comer, lo reconozco, y sobre todo, las cosas que, con mi hipotiroidismo, no debería probar ni en pintura (vamos, lo que más engorda) Tuve una racha en que fui al gimnasio, y perdí 3 kilos. Le cogí ritmo, y hasta me gustaba, la verdad, me sentía genial, y fui constante con ello hasta que tuve que dejarlo, por el tema económico más que nada (se acabó el paro, y ya no hubo de donde sacar para gimnasio, y eso que era el del polideportivo municipal de Alcobendas, no uno privado ni nada, a ver si algún día puedo volver) Lo de salir a correr por la calle... uff, lo llevo muy mal. Me da pereza, y luego esta la climatología: que si ahora llueve y hace mucho frío, luego en verano mucho calor... preferíría volver a hacer deporte en el gimnasio si pudiera. Y seguramente, cuando me lo pueda permitir económicamente, no tendré tiempo para ir porque estaré trabajando. Es lo que tiene: nunca pueden encajarse las cosas como uno quiere, no salen como te gustaría que fueran. Espero al menos esta año hacer un buen intento por mejorar este aspecto de mi vida, ya que, como digo, para mi, con mi problema de tiroides, es un tema de salud importante al que debería prestar más atención.

¿Y vosotros qué? ¿Tenéis ya vuestro propósito de año nuevo? Sea el que sea, no lo abandonéis. Intentad ser constantes y continuar con ello, porque luego, os sentiréis bien por haberlo logrado. Esta bien soñar y proponerse hacer cosas, pero lo que queremos no cae del cielo. El Universo puede ayudar si se lo pedimos, pero mejor que pongamos un poquito de nuestra parte, y nos esforcemos en conseguir esas metas que queremos. Así que, en este 2014 que acabamos de estrenar, os deseo mucha constancia, y mucha suerte cumpliendo esos buenos propósitos, que duren más allá de enero. Y esta ha sido mi pequeña reflexión de comienzos de año. Nos vemos por aquí muy pronto. ¡¡Besitos!!

1 comentario:

Oscar Moriana dijo...

Yo tengo varios. Uno más fácil de cumplir que el resto. El primero ser feliz, y estar con mi gente, entre la que te incluyo Nerea. Otro aprobar el curso de grado superior que estoy haciendo, y lograr trabajo. Otro poder independizarme. Otro ahorrar y comprarme un coche. Y bueno si adelgazar un poco, y hacer algo de ejercicio, pero conociendome dudo mucho que lo haga

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