viernes, 13 de septiembre de 2013

ESPECIAL DISTOPÍAS PARTE II: Dos clásicos imprescindibles

¿Cómo estáis? Disculpad si esta segunda parte ha tardado un poco en llegar, pero he estado ocupada haciendo unas cosillas, y además, llevo toda la semana mala con un catarro que ya este remitiendo en estos momentos. Pero lo prometido es deuda, así que aquí esta la segunda parte del especial de distopías, en las que analizaremos dos obras esenciales para comprender este concepto y género distópico. Sin duda, todas las obras que mencionamos en la parte anterior, ya fueran libros, cómics o películas, beben de estas dos y no entenderíamos de que queremos hablar cuando mencionamos la distopía sin estos dos clásicos, que son para mí de obligada lectura para cualquier lector apasionado, en especial si gusta de los relatos de ciencia-ficción como yo. Esos dos libros que menciono, son, cómo no, 1984 de George Orwell y Un mundo feliz de Aldous Huxley. Ambos tienen estilos diferentes, pero se les puede considerar distópicos al 100% aunque aborden el tema desde perspectivas distintas. Ahora veremos un poco más sobre sus autores, tendremos un rápido resumen y reseña personal de cada una de las obras, y de sus adaptaciones al cine, y una conclusión final sobre ambas. Espero que os resulte interesante.

1. GEORGE ORWELL:


George Orwell (1903-1950) fue ante todo, un ensayista y humanista, que plasmó su forma de ver el mundo en sus novelas. Viajó mucho, participando incluso en conflictos como la Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial. Recibió una educación tradicionalmente inglesa, y trabajó como editor de varias revistas. Sus viajes le abrieron a otras ideas, desarrollando un pensamiento que podríamos considerar de izquierdas, sí, pero que ante todo, defiende la libertad y aborrece de cualquier forma de totalitarismo, cosa que criticó en otra de sus novelas más reconocidas. Rebelión en la granja. Pero sin duda, donde más criticaría el totalitarismo sería en 1984, obra en que acuñó el concepto muy usado después de el Gran Hermano, que todo lo sabe y todo lo vigila. De la Guerra Civil española escribiría también varios libros. Curiosamente, es sobre todo conocido por sus dos últimas novelas, aunque sus experiencias trabajando casi en la pobreza las plasmó en una de las primeras, Sin blanca en París y Londres. Es entonces cuando contrajo la enfermedad que años después le mataría, la temida tuberculosis. Antifascista y antiestalinista, para Orwell, "en tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario"

2. 1984: RESUMEN Y RESEÑA:


El libro se sitúa en Londres en el mismo año del título, pero en un Londres 1984 muy distinto del que fue, debido seguramente a un inesperado resultado de la Segunda Guerra Mundial, o de la posterior Guerra Fría. El mundo se divide solo en tres superpotencias: Eurasia, Asia Oriental y Oceanía, a la que pertenecen las islas británicas y el continente americano, así como algunos territorios de África. Cada uno de estos territorios vive bajo el yugo de dictaduras de corte estalinista, es decir, con un partido único, y lealtad suprema a un líder. El de Oceanía es el Gran Hermano, que vigila con celo todo lo que hacen, o incluso piensan los habitantes. En esa dictadura "la guerra es la paz, la esclavitud es la libertad, la ignorancia es la fuerza". En un mundo gris, frío y opresivo, rodeado de mentira y de manipulación Winston Smith trabaja en el Ministerio de la Verdad. Irónicamente, su trabajo consiste en todo lo contrario: mentir y manipular los medios de comunicación según la voluntad del partido y del Gran Hermano. Winston se pregunta si es el único que se da cuenta de tanta mentira, o si hay, o alguna vez hubo, una forma distinta de vivir. Su vida da un vuelco cuando en ella entra una joven rebelde llamada Julia, y juntos, intentarán arrancar algo de felicidad al mundo funesto en el que viven. 

Sin duda, lo que más se aprecia en el libro es su crítica al totalitarismo y al estalinismo, pero es destacable el uso de la ironía para reflejar lo terrible de esta sociedad distópica. El Ministerio de la Verdad se encarga de la mentira, el del Amor, de la tortura, y el de la Abundancia, del hambre. Todo ello resume perfectamente el concepto del partido del doblepensar: ajustar la mente y olvidar lo que uno sabe que es cierto o no, anular el criterio propio y adoptar sin más cuestiones el que impone el partido. Tal es el nivel de opresión, que las telepantallas no pierden detalle de uno ni mientras duerme, y el lenguaje también esta siendo mutilado y ajustado para responder a las necesidades del partido. El yugo del Gran Hermano se impone sobre el pensamiento, la verdad, la historia que manipula sin escrúpulos ("quien controla el pasado, controla el futuro") el sexo y la vida personal de la gente. En medio de todo esto, el lector puede sentir esta presión horrible, igual que la siente Winston. Y respira aliviado cuanto este encuentra un poco de felicidad en brazos de Julia... Julia, morena, de piel blanca, pecosa, pequeña y menuda. Al menos yo me sentí así al leer cada uno de sus encuentros en aquella habitación alquilada, encima de la tienda de antigüedades, que llega a convertirse para la pareja en su propia versión del Paraíso. Y aunque no revelo el final, si debo hacer hincapíe en la demoledora sensación de Edén perdido cuando Winston y Julia son descubiertos, expulsados desnudos del paraíso de su habitación, como Adán y Eva tras morder la manzana. Porque saborear placeres tales como una buena taza de café, una onza de chocolate, leer un libro prohibido o hacer el amor son demasiado para el mundo en el que viven. Lloré con ellos la pérdida de su paraíso y de su libertad, y el final es aún más demoledor, más devastador y duro de lo que nunca hubiera esperado. Y sin embargo, es perfecto para esta historia, que nos habla de nuestra propia derrota también. 

3. 1984: LA PELÍCULA:


La versión cinematográfica de esta libro fue, curiosamente, estrenada en el mismo año del título, y no solo eso, fue rodada en el mismo período que describe el diario del protagonista, entre abril y octubre el año 1984, y en Londres, además. Sigue también las directrices que la viuda de Orwell dio a la hora de ceder los derechos: no tiene una estética futurista, de blanco neutral y limpio, sino que refleja muy bien la densa opresión que el libro relata. Tiene sus fallos, por supuesto, pero la mayoría se pueden achacar al estilo ochentero del momento, y a los recortes en algunos detalles que son típicos encontrar en cualquier adaptación. Las interpretaciones de John Hurt y de Suzanna Hamilton como Winston y Julia me parecieron destacables, eran bastante como yo los imaginaba. Y si bien hubo cambios y recortes, también otros momentos del libro estuvieron calcados y trasladados literalmente. En general creo que es una excelente adaptación que sin duda os recomiendo ver también para entender esta obra.


4. ALDOUS HUXLEY: 


Aldous Huxley (1894-1963) pertenecía a una notable familia de intelectuales. También recibió una esmerada educación, al más puro estilo del joven caballero inglés, que complementó con numerosos viajes. Escribió sobre numeroso temas, desde divulgación científica, viajes a otros más místico o relacionados con temas espirituales o de ocultismo. Muchas de sus obras fueron llevadas al teatro y al cine. Se interesó por la psicología y el tratamiento de las enfermedades mentales, así como la ciencia, la cultura y la sociedad. Esto se refleja perfectamente en el mundo feliz creado en su novela del mismo título, donde pretende reflexionar sobre como equilibrar los avances sociales y científicos con la auténtica libertad y felicidad del ser humano, sabiendo lo difícil que es crear ese equilibrio sin caer en la distopía. Murió de la misma enfermedad que le había arrebatado a su esposa años antes, y que sigue segando las vidas de muchas personas, el cáncer.

5. UN MUNDO FELIZ: RESUMEN Y RESEÑA: 


Ambientado, esta vez sí, en un futuro distante, en esta obra cada ser humano es directamente, fabricado para un destino. Desde antes de su nacimiento, en laboratorios por supuesto, y no de forma natural, se les prepara y condiciona para pertenecer o bien a las clases más altas (Alfas y Betas) o a las más bajas (Deltas, Gammas y sobre todo, Epsilons) La manipulación de los fetos durante su desarrollo, y el posterior condicionamiento conductista al que los niños son sometidos da como resultado seres humanos que no solo están perfectamente preparados para la función que de ellos se espera, sino que, también, aman lo que son y lo que hacen, pues han sido condicionados para ellos, incluso las castas más bajas. Pero al viajar fuera de ese entorno controlado de Londres a una reserva india en América del Norte, donde los seres humanos aún viven como tales, y nacen de manera natural, la joven de clase beta Lenina conocerá a John, un salvaje nacido en curiosas circunstancias, que desea ver el mundo del que Lenina viene. El encuentro de John con la sociedad supuestamente civilizada será lo que nos aporte el conflicto y reflexión final de este libro. 

Un mundo feliz es más bien una distopía disfrazada de utopía. Como todos los seres humanos, ocupen el lugar que ocupen, tienen su función en la sociedad y se sienten satisfechos debido a su condicionamiento, y no se reprime el deseo, el sexo, o la creatividad, todo parece ir bien. Parece que estemos ante una sociedad limpia, justa dentro de sus medidas, y bien organizada. Pero... cuidado, porque el personaje de John, el salvaje, nos hará ver que nada de esto es así. Por supuesto que hay orden y paz, pero ¿a qué precio? Con todo decidido desde que uno es un cigoto, ¿no se ha perdido acaso toda la espontaneidad, la incertidumbre, las preguntas acerca del destino que se hace todo ser humano? Si nadie sufre, ama, ríe, o llora, y todos están sumidos en una perfecta y organizada falsa felicidad, ¿qué hay de las emociones, del arte, de la expresividad que nos caracteriza? John se hará con el lector todas esas preguntas, reivindicando como bien dice su "derecho a ser desgraciado", y preguntándose, como Hamlet, si no es mejor sufrir las piedras y flechas de la fortuna, y llorar con lágrimas auténticas, haciendo frente a la adversidad, que pasarse la vida con la tonta sonrisa de una felicidad artificialmente creada. 

6. UN MUNDO FELIZ: LA PELÍCULA:


Hay varias adaptaciones al cine de esta obra, según he podido averiguar, desde una de 1980 a otra para televisión más reciente. Tristemente, no he podido ver ninguna. La que encontré online era de calidad tan mala que apenas se podía ver, y de youtube todas han sido borradas, censuradas por derechos de autor (si, empleo la palabra censura porque es así como me siento, censurada por no haber podido ver una película con la que complementar mi entrada) Quizá algún día encuentre algo al respecto y os lo pueda comentar, de momento, lamento mucho no poder ofreceros más. 

En resumen, estamos ante dos clásicos del género que no se pueden dejar de ver. Si uno piensa en distopías, piensa en estas dos obras, aunque cada una tenga un estilo distinto. En 1984 nos encontramos con un ambiente opresivo, una atmósfera que parece pesar según uno avanza en el libro, y un final demoledor que rompe hasta el corazón más duro. En Un mundo feliz, nos encontramos ante una gran mentira muy bien tejida, que nos lleva a pensar qué merece más la pena, si dejarnos llevar o volver a sentir auténticamente, aunque tenga que ser sufriendo. La distopía nos permite pensar en cosas de gran importancia, bajo la fachada de una historia de ficción. Yo recomiendo que os acerquéis a estas historias, las leías a vuestra manera y saquéis conclusiones al respecto. Están hechas para ser disfrutadas, sí, pero sobre todo, pensadas. Y nada más por hoy. Pronto, más y mejor en el blog, y a ver si no os hago esperar tanto.

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